Aprendí a aceptar las cosas como son. Aprendí que con lágrimas no se arregla nada. Que con risas tampoco. Aprendí a dejar de extrañar a personas que no valen la pena. Aprendí a quererme un poco más y no a lastimarme tanto. Aprendí a querer a personas que ni tenía en cuenta. Aprendí el significado de la palabra DECEPCIÓN. Aprendí lo que son ésos seres llamados amigos. Aprendí a valorarlos y también aprendí a que los que no son amigos son conocidos, pero que no los puedo evitar. Aprendí que no a todas las personas las puedo llamar así y si lo hago estoy más que errada. Aprendí tantas cosas en tan sólo un año. Aprendí a ser cada día más fuerte. A que las opiniones del resto son sólo palabras más, pero que las de mis amigos me iban ayudar a crecer. Aprendí a caer una y otra y otra vez, pero SIEMPRE me pude levantar. Aprendí que no cualquier persona te marca. Y si lo hace es porque hizo algo con y/o por vos. Aprendí a dejar huellas en una persona. Aprendí a ser un poquito más comunicativa con el resto. Aprendí que callar hace mal, que después de callar llenás una mochila de odio, rencor para con esa persona. Y supe que esa mochila se rompe y revienta con el primar soplo del viento. Aprendí a compartir; compartir palabras, cosas, costumbres; compartir sentimientos. Aprendí a ser más amable y ser simpática con todos, ya que el resto no tienen la culpa de mi malestar. Aprendía perdonar y ser perdonada. Aprendí que tengo que mejorar en muchísimas cosas. Aprendí a cerrar la boca, jijiji.
En fin, aprendí muchísimas cosas más y no queda otra más que poner en práctica todo lo que sé. Y sé más de lo que el resto sabe. No hay mucho más para decir, ya que pude expresar todo. Hasta lo próximo.
En fin, aprendí muchísimas cosas más y no queda otra más que poner en práctica todo lo que sé. Y sé más de lo que el resto sabe. No hay mucho más para decir, ya que pude expresar todo. Hasta lo próximo.
